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lunes, 6 de agosto de 2012

El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar, matoneo escolar o por su término inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-13 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas. El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia escolar. El acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros.1 Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte del diagnóstico); es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin limitación de edad.El objetivo de la práctica del acoso escolar es intimidar, apocar, reducir, someter, aplanar, amedrentar y consumir, emocional e intelectualmente, a la víctima, con vistas a obtener algún resultado favorable para quienes acosan o satisfacer una necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás que pueden presentar los acosadores como un patrón predominante de relación social con los demás. En ocasiones, el niño que desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros busca, mediante el método de «ensayo-error», obtener el reconocimiento y la atención de los demás, de los que carece, llegando a aprender un modelo de relación basado en la exclusión y el menosprecio de otros. Con mucha frecuencia el niño o niña que acosa a otro compañero suele estar rodeado muy rápidamente de una banda o grupo de acosadores que se suman de manera unánime y gregaria al comportamiento de hostigamiento contra la víctima. Ello es debido a la falta de una autoridad exterior (por ejemplo, un profesor, un familiar, etc.) que imponga límites a este tipo de conductas, proyectando el acosador principal una imagen de líder sobre el resto de sus iguales seguidores. A menudo la violencia encuentra una forma de canalizarse socialmente, materializándose en un mecanismo conocido de regulación de grupos en crisis: el mecanismo del chivo expiatorio. Destruir al que no es seguidor, al que se resiste, al diferente, al que sobresale académicamente, al imbuido de férreos principios morales, etc.

martes, 31 de julio de 2012

VIH y los niños uruguayos

VIH: hubo 953 nuevos casos en 2011 y 71 niños expuestos Es una enfermedad que deja a niños huérfanos, personas muertas, no tiene una cura definitiva, y no distingue sexo, orientación sexual, ni otras diferencias sociales. En Uruguay, si bien existe un protocolo de información, algunos centros de salud no lo cumplen. Además, las asociaciones sociales reclaman pues no se preserva la confidencialidad de los enfermos de VIH/sida. Por Un Nuevo Amor total 15.218 casos de infección por VIH, desde el primer caso en 1883, se registraron en nuestro país. En el año 2011 se notificaron 953 nuevos casos, lo que corresponde a una tasa de 28.5 cada 100.000 hombres. La proporción de casos del sexo masculino corresponde a 61% de todas las notificaciones. La franja etaria que concentra el 67% de los casos de VIH se encuentra entre 20 y 44 años, la mayoría varones, y desde el gobierno se procura incrementar las campañas, pero además acelerar los procesos de diagnóstico y tratamiento. Tres personas por día en Uruguay son diagnosticadas con el virus del sida. Para las autoridades es necesario terminar con la estigmatización de quienes lo portan. A su vez, comenzó un plan de diagnóstico que incluye el examen gratuito en las policlínicas de Montevideo. En los ochenta no se sabía mucho de qué se trataba esa enfermedad y cómo se transmitía. Rotos los mitos de la exclusividad en determinados grupos sociales, el VIH y sida sigue creciendo en Uruguay tanto en adultos como en niños (ver recuadro). El 75% de las infecciones se produce en Uruguay entre personas heterosexuales y sigue afectando mayoritariamente a la mediana edad. En el momento de diagnóstico de VIH, en el año 2011, fue de 36 años para hombres y de 35.1 años para mujeres. En cuanto al sida la franja etaria que concentra el 83% de los casos se encuentra entre 25 y 44 años, la mayoría de ellos varones. Con respecto a la distribución de los casos dentro del territorio nacional, los departamentos con mayor tasa de notificaciones de VIH son Montevideo, Maldonado, Rocha, Rivera y Salto. Además, el año 2011 se notificaron 290 casos, lo que corresponde a una tasa de notificación de 8.6 por cada 100.000 hombres. En 2011 la tasa de notificación de sida fue tres veces mayor en hombres que en mujeres. Mientras que en el sexo masculino fue de 12,77 cada 100.000 hombres, en el sexo femenino de 4.78/100.000 mujeres. Este hallazgo puede indicar que aún hay menor acceso al diagnóstico temprano en hombres. Según el análisis de los certificados de defunción del año 2011, se registraron 177 fallecimientos por sida, siendo 136 varones y 41 mujeres. Estos casos ya habían sido notificados como VIH en años previos desde el inicio de la epidemia. El promedio de edad de los fallecimientos por sida ocurridos en 2011 fue de 43 años, (44 en varones y 40 en mujeres). El 95% de los casos de contagios fueron reportados como de transmisión por vía sexual. Los 17 casos (1.8%) de VIH infectados por vía sanguínea corresponden a usuarios de drogas intravenosas. Se destaca que en el 44% (419 notificaciones) de los casos notificados no consta la vía de transmisión. Datos históricos Desde 1983 a diciembre de 2011 se han registrado 15.218 casos de infección por VIH en Uruguay. Los datos toman un tinte preocupante cuando se revela que en los últimos veinte años se han cuadruplicado las tasas de notificaciones de VIH. Los avances terapéuticos desde 1991 han logrado disminuir la tendencia creciente. Según el informe presentado ayer por el MSP, la tendencia al aumento en el número de casos de VIH existe en ambos sexos, siempre con un predominio del sexo masculino. La relación hombre mujer para nuevos diagnósticos de VIH fue de 1.59 en 2011, presentando un leve aumento con respecto a los últimos años. El informe del MSP destaca que “dado que de la disminución de la relación hombre mujer se puede explicar por la mayor oferta que la mujer tiene al controlarse en el período del embarazo”. VIH/sida: incumplimientos de protocolos de “epidemia” Desde el 1 de junio de 2011 se implementa en Uruguay un sistema que, mediante formularios preestablecidos, las instituciones públicas deben informar sobre casos de VIH y sida positivos. Según el informe presentado ayer por el MSP “algunas instituciones continúan omitiendo su uso. No obstante se observan discretas disminuciones de los porcentajes sin dato”. Según el 2011 se identificó un 1% de las notificaciones que no registran el sexo, en comparación con el 2010 que correspondía a un 8%. La vía de transmisión está ausente en el 44%”. Según el informe revelado ayer por el MSP, la epidemia de infección por VIH/sida en nuestro país se ha modificado en el tiempo requiriendo “una revisión del sistema de vigilancia actualmente vigente en nuestro país, incorporando tanto la experiencia nacional como la internacional”. Existe en Uruguay un protocolo establecido a partir de la notificación a través de formularios obligatorios (según la ordenanza Nº 624), que contemplan tanto la etapa diagnóstica de infección por VIH, como la de sida. El sistema consiste en que el notificador envía al Departamento de Laboratorios de Salud Pública (DLSP) el formulario de Solicitud de test confirmatorio de VIH, acompañándola muestra de sangre. Si el test confirmatorio es positivo, el DLSP remitirá el resultado, acompañado del mismo formulario para ser completado en su totalidad. Pereira Rossell detectó 71 niños expuestos al VIH En el Hospital Pereira Rossell se detectaron 71 niños expuestos al VIH, cuatro niños infectados durante el embarazo y parto, y un niño infectado durante el puerperio. Los datos proporcionados por el MSP revelan que se notificaron en todo el país 12 casos en niños menores de 15 años, de los cuales 11 son de transmisión vertical, es decir de sus padres. Uno de los casos se dio por lactancia. Esto ocurre ya que la infección de la madre se produjo durante el período de amamantamiento.

viernes, 29 de junio de 2012

Yo quiero aprender - La educación es un derecho.

Yo quiero aprender - YouTube
Ley aprobada en Diputados dificulta procesamientos por explotación sexual infantil Una ley sobre lavado de activos aprobada el pasado 12 de junio en la Cámara de Diputados modificó la competencia de los juzgados especializados en crimen organizado, que solo recibirán casos de explotación sexual infantil cuando participe un “grupo criminal organizado” integrado por tres o más personas. Para el presidente del Comité Nacional para la Erradicación de la Explotación Sexual Comercial y No Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes (Conapese), Luis Purtscher, la medida dificulta que este tipo de casos llegue a la justicia. “El exigir la asociación para delinquir como condición para que los jueces tomen competencia, despoja a la víctima de una serie de garantías que la ley les da a esos juzgados: posibilidad de contar con una policía especializada en el tema, escuchas telefónicas, protección a la víctima, la figura del policía encubierto. Con esta nueva ley, las competencias volverían a los juzgados penales que no cuentan con eso”, explicó Purtscher. “Los espacios de protección se ven limitados”, agregó. El jerarca dijo que “ya era complejo lograr procesamientos”, y se preguntó “cuánto más” lo será “con esta nueva situación”. Durante el año 2010 se produjeron 20 procesamientos por explotación sexual infantil; en el 2011 se duplicó la cifra, y en lo que va del año ya fueron procesadas 16 personas. “Para esto fue una variable fundamental que trabajaran los juzgados especializados”, aseguró Purtscher. El presidente del Conapese explicó que el 82% de los procesados no contrataron abogados, ya que no se trata de gente organizada, ni eran casos de “explotación VIP”, sino que se trata de “cuestiones mucho más modestas”. “Entre los procesados hay siete desempleados, seis changadores, dos jubilados, un pensionista, dos amas de casa, un jardinero, un cantinero, un peón, una clasificadora y un contratista”, ejemplificó. Agregó que la mayoría de los explotadores son hombres de entre 21 y 78 años. El jerarca aseguró que “el tema es qué consideramos red”, ya que en el “circuito de explotación clásico” hay varias personas involucradas, entre ellas algún familiar, la pareja de la víctima, el dueño de la whiskería, entre otros. “No se reúnen a confabular pero en la práctica son cuatro (personas) o más”, señaló. Purtscher alertó sobre que esta nueva normativa “aleja” a nuestro país de los “protocolos internacionales ratificados por Uruguay”. “El tema judicial, si bien es una parte de todo el problema, es esencial porque de esa instancia depende si realmente estamos protegiendo o no a la víctima”, concluyó. (Búsqueda, pág. 15; 28/06/2012

miércoles, 13 de junio de 2012

jueves, 10 de mayo de 2012

Niños en el tránsito


Presentaron estudio sobre accidente de tránsito de niños, niñas y adolescentes Pediatras y residentes de diferentes partes del país de la Facultad de Medicina, junto a la Fundación Gonzalo Rodríguez, presentaron una investigación denominada “Lesiones graves y fatales en niños y adolescentes uruguayos, secundarias a siniestros de tránsitos por motos”, en la que se revela que el 54% de los niños, niñas y adolescentes fallecidos por accidentes de tránsito, murieron como consecuencia de siniestros con motos. El estudio se realizó en base a niños y adolescentes entre 0 y 19 años de edad que ingresaron al CTI, a cuidados intermedios (CI), o que fallecieron tras un siniestro de moto. En Uruguay murieron, entre 2009 y 2011, 471 niños, niñas y adolescentes; 37 (7,8%) por accidentes de tránsito y el 4,2% de esos 37 por accidente con motos, según el estudio. Todos los fallecidos tenían entre 15 y 19 años, y el 45% no usaba casco. Daniel Alessandrini, coordinador estadístico del Plan Edu – Car de seguridad vial infantil de la Fundación Gonzalo Rodríguez, explicó que los niños, debido a su menor tamaño, son más vulnerables a presentar lesiones graves por la mayor absorción de energía ante un evento traumático. En Uruguay después del primer año de vida y durante la infancia y la adolescencia, los accidentes de tránsito, es la primera causa de muerte. A pesar de la cantidad de organismos de donde se recabaron datos, los investigadores destacaron que “reiteradamente se encontraron carencias de datos en los documentos analizados”. Rosa Gallego, coordinadora del Área de Seguridad Vial de la Fundación, manifestó que “es necesario mejorar la calidad de la información relativa a los siniestros de tránsito”. Agregó que es “urgente legislar la pertinencia o no de los niños a bordo de motos y si corresponden las condiciones de traslado”. (Búsqueda, María Paz Sartori, pág. 38; 10/05/2012)

lunes, 9 de abril de 2012

SOBRE EL DERECHO DEL NIÑO A JUGAR (POR JUGAR) Adriana Calcedo Documento compartido por la Asociasion Civil LECOTEK
Si bien la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CIDN) se sancionó en 1990 y se incorporó a la Constitución Nacional en el año 1994, siguen existiendo actitudes y prácticas que revelan la escasa transformación de la ideología que considera a los niños y niñas más como objeto que como sujeto de derecho.1 La consideración de niños y niñas como sujetos de derecho, supone un cambio cultural profundo que implica el reconocimiento de la normativa y la movilización de la sociedad en pos de su cumplimiento. En el articulado de la CIDN, el 31, establece el derecho al juego. Dice el punto uno: “... el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y las actividades recreativas propias de su edad...” Consideramos este derecho como el más específico de la infancia ya que, si bien los seres humanos conservamos en mayor o menor medida la capacidad de jugar, es en la infancia donde el juego se despliega al mismo tiempo que la infancia misma. Es impensable un niño sin juego; su ausencia es indicio de una grave patología. El juego es la infancia y parafraseando a Freud, la “vía regia" para acceder a ella. Pero no siempre la humanidad contó con la noción de niñez. Es en el siglo XVIII, con el surgimiento del concepto de infancia2 , que surge la pediatría, y entre el XIX y el XX, se desarrollan los modelos psicológicos entre los cuales destacamos el psicoanálisis, que realiza importantes desarrollos para la comprensión de la significación del juego infantil. Hoy, 1 El uso de o/a en las palabras que denotan género, ha sido restringido para simplificar la lectura. 2 Aries, Philippe, capítulo II “El Descubrimiento de la Infancia” en El Niño y la Vida Familiar en el Antiguo Régimen, Madrid, Taurus, 1987. todos los que, desde uno u otro campo, abordamos el trabajo con niños, utilizamos el juego de manera instrumental para trabajar con los niños y su problemáticas específicas. Así, los niños juegan en los colegios, en los consultorios psicológicos y psicopedagógicos, en los jardines, en los centros de estimulación temprana... La pregunta es si esto resulta suficiente y si es lo mismo “jugar para” que “jugar por jugar” Más que responder a la pregunta por la diferencia que, desde la posición del adulto se puede establecer entre el juego con fines instrumentales y el juego que podemos nombrar como “espontáneo”, podríamos afirmar que el segundo es, en nuestra sociedad, considerado una actividad de menor valía. Observamos que por motivos diversos, el jugar por jugar, que aparenta simple y accesible, se encuentra cotidianamente relegado en la vida de numerosos niños y niñas. En contextos de pobreza, la dificultad en el acceso a experiencias lúdicas se relaciona no sólo con la carencia de juguetes –que no sería lo más grave- sino con la ausencia de espacios seguros, de adultos con disponibilidad para el juego con sus niños, y con el trabajo infantil, menos visible cuando es trabajo doméstico pero igualmente de peso en lo que resulta una restricción que afecta franjas etáreas cada vez más considerables. En las clases sociales más favorecidas, la escasa valorización del tiempo dedicado al descanso, al esparcimiento y el juego sin fines didácticos ni terapéuticos expresos, hace que se eduquen niños y niñas “de agenda completa”, en un desesperado afán por lograr la excelencia y la eficacia necesarias para desenvolverse en una sociedad cada vez más competitiva. En la paradoja de considerar que existe más de una infancia y, al mismo tiempo, sólo una desde el punto de vista de la universalidad 3 de los derechos, apelamos también a otros criterios utilizados en la Doctrina de la Protección Integral de Derechos, y en general en derechos humanos, que puedan dar un marco orientador a nuestras prácticas cotidianas.4 Atendiendo al criterio de integralidad de los derechos, la doctrina considera que todos los derechos son igualmente importantes e interdependientes, por lo cual no estaríamos siendo respetuosos de los mismos si diéramos cumplimiento a unos en desmedro de otros. Por el criterio de co-responsabilidad, se entiende que son múltiples los actores y los sectores de la vida social, que deben comprometerse para apuntar a la promoción y el cumplimiento de los derechos consagrados y evitar su vulneración si la hubiere. Interpretamos el artículo 31 como aquel que consagra el derecho a jugar por jugar ya que la norma relaciona en sus dos puntos, al juego con el descanso y el esparcimiento. El jugar espontáneamente, nos parece entonces, un derecho, cuando menos, desatendido o ignorado. Poco promovido, poco defendido y muchas veces, vulnerado sin saber. En esta consideración es que algunos de los que trabajamos con niños apostamos a la generación de espacios regulares de juego, como dispositivos especialmente diseñados para el desarrollo del juego infantil. A estos espacios, que no se generan espontáneamente y que requieren de toda una estructura para funcionar, los denominamos juegotecas 3 Cualquier acción desarrollada debe dirigirse a todos los niños por igual, y si acaso fuera focalizada en algún grupo específico, deberá demostrar que se motiva en el esfuerzo por lograr la inclusión de los niños en las políticas y servicios universales. 4 Criterios para la Selección de Buenas Prácticas. Documento C.A.S.A.C.I.D.N, Buenos Aires, 2004.LA JUEGOTECA. UN ESPACIO A LA BUSQUEDA DEL JUEGO En un marco de derechos, entonces, propiciamos la instalación de juegotecas como espacio lúdico por excelencia, en cualquier tipo de institución que tenga una población o grupos de niños. El modelo de juegoteca al que nos referimos cuenta con un espacio físico dentro de una institución u organización (que no necesariamente es exclusivo para esto), con juguetes y elementos para el juego, y especialmente con adultos, profesionales o no, capacitados para llevar adelante los encuentros de juego.5 La conformación de un grupo estable de niños, así como la capacitación de los adultos en la dinámica del encuentro de juego son las marcas distintivas del modelo de juegoteca referido. Ya sea con profesionales o con personas sin instrucción formal –como ocurre frecuentemente con ciudadanos pertenecientes a organizaciones de base, por ejemplo- la capacitación necesaria para lograr la mejor aptitud para llevar adelante los encuentros, se basa en la estimulación y el perfeccionamiento de la capacidad lúdica, a partir de una capacitación que es no sólo teórico sino también vivencial. Se trata de lograr adultos capaces de jugar como tales con los niños, que intervengan estimulando el juego y tratando de remover las barreras que pudieran impedirlo, que puedan entrar y salir de la escena lúdica para crearla y sostenerla, que conozcan y valoren todas las dimensiones del juego para crear cada encuentro. Es mucho, dentro de lo técnico, lo que podríamos destacar dentro del dispositivo de juegoteca. A los fines de este breve texto deseamos destacar la importancia de la dimensión grupal para generar una diferencia con otros espacios en los que los 5 Si bien se estimula el ejercicio del juego espontáneo, los encuentros no son librados al azar sino que son cuidadosamente planificados por los adultos a cargo.niños circulan de forma eventual y lo fundamental de la aptitud lúdica que cada adulto que asuma el rol de coordinador de juegotecas, posee y puede ejercitar. Por otra parte, consideramos que para garantizar el acceso al juego, es indispensable acercar la juegoteca así como cualquier servicio de promoción y defensa de derechos, a las familias, las escuelas y las organizaciones barriales.6 LA JUEGOTECA COMUNITARIA Instaladas en los barrios, las juegotecas comunitarias son aquellas que se encuentran en organizaciones no gubernamentales y cuyas actividades son llevadas adelante básicamente, por personas de la comunidad. El objetivo principal de la juegoteca comunitaria es brindar a todo niño la posibilidad de acceder a un espacio de juego, regular, seguro, y a cargo de adultos capacitados para tal fin. Otros objetivos importantes son: -Instalar la preocupación en instituciones de la comunidad vinculadas al trabajo con niñez, respecto del juego como derecho de la infancia y como actividad fundamental para el desarrollo infantil -Facilitar la instalación de espacios para la participación comprometida y sostenida de la comunidad ofreciendo ámbitos de pertenencia y acción para todos los actores comunitarios -Rescatar la cultura lúdica familiar y comunitaria En nuestra experiencia, las juegotecas comunitarias funcionan en organizaciones tales como clubes, comedores, asociaciones vecinales, etc. Quienes las coordinan son mayoritariamente mujeres, responsables de llevar adelante los encuentros de juego cotidianamente y de organizar todo el movimiento de la juegoteca. Esto es: clasificación, ordenamiento 6 Para ampliar sobre el tema consultar: Seda, Edson, “Derechos y Deberes de los Niños y de los Adolescentes en América Latina: Cómo Garantizar”. Agencia de Desenvolvimiento Social. y cuidado de los juguetes; entrevistas a padres, relevamiento de datos de niños (salud, educación, trabajo infantil, etc). Muchas son beneficiarias de planes sociales estatales que realizan su contraprestación en la juegoteca. También se encuentran aquellas que trabajan en calidad de voluntarias. Pensamos que a los fines de un funcionamiento orgánico dentro de la comunidad, la juegoteca debe desplegarse en una red constituida por: a) La comunidad b) El Centro de Salud del barrio, como centro de referencia responsable de implementar acciones de salud (preventivas, educativas, clínicas) hacia los beneficiarios. c) Escuelas del área d) Las ONG’s del barrio o distrito. e) Empresas que puedan colaborar con los recursos necesarios para las juegotecas (alimentos, insumos, herramientas) f) Otras juegotecas barriales. La juegoteca comunitaria resulta entonces un dispositivo de promoción de los derechos, ya que aporta a través de sus distintas actividades en red al efectivo cumplimiento del derecho a un nivel de vida adecuado, a la protección, a la salud y a la educación. Pero en el contexto de enorme pobreza en el que se desarrollan muchas de las experiencias de juegotecas comunitarias, se evidencia un gran esfuerzo para lograr su sustentabilidad. Por otra parte, las intervenciones alejadas del asistencialismo y que convoquen a la participación real, requieren más esfuerzo desde el punto de vista motivacional e ideológico. Tal es el caso de las juegotecas comunitarias que están pensadas para desarrollarse a partir de la actividad comprometida de las organizaciones de base y se sustentan en la capacitación de sus integrantes quienes transformándose en multiplicadores, mejoran su calidad de vida. FINAL DE JUEGO La pobre representación social del juego no instrumental que atraviesa los discursos y las prácticas de grupos e instituciones, da como resultado una significativa ausencia de espacios y tiempos que habiliten su surgimiento y ejercicio en los niños de todas las clases sociales. Interpretar nuestras prácticas en clave de derechos puede colaborar para poner en foco el derecho a jugar como característico del tiempo de la infancia, y visibilizar su falta como una oportunidad para generar mecanismos que lo hagan cada vez más presente. Como padres, como educadores, como terapeutas o simplemente como personas comprometidas desde una ética con todo lo que acontece en nuestro tiempo y nuestra sociedad, podemos en lo individual, apuntar al desarrollo del juego por el juego en sí, valorándolo como actividad fundante de la infancia. En forma colectiva, podemos también promover la instalación de juegotecas, como un espacio cada vez más indispensable para generar el juego en las infancias que, por distintos motivos, lo tienen restringido. La juegoteca en la escuela, la juegoteca en el hospital, la juegoteca comunitaria, son dispositivos diseñados para generar el tiempo de jugar por jugar, que es igual que el tiempo de ser niños y niñas. BIBLIOGRAFIA  Aries, Philippe: “El Descubrimiento de la Infancia” en El Niño y la Vida Familiar en el Antiguo Régimen, Madrid, Taurus, 1987.  Criterios para la Selección de Buenas Prácticas. Documento C.A.S.A.C.I.D.N, Buenos Aires, 2004.  Seda, Edson: Derechos y Deberes de los Niños y de los Adolescentes en América Latina: Cómo Garantizar. Agencia de Desenvolvimiento Social.

Douleando: De mujeres que acompañan y mujeres acompañadas

Douleando: De mujeres que acompañan y mujeres acompañadas: Escrito por Tania M. De Jesús Laboy Doula de Parto y Posparto, Educadora en Lactancia doula.tania@gmail.com            Y a final...

martes, 20 de marzo de 2012

Ivanna Capellaro: ABORTO

Ivanna Capellaro: ABORTO: EL CRIMEN MÁS ACEPTADO POR LA SOCIEDAD : En el mundo se realizan más de 70 millones (cifra aproximada, ya que es imposible de tener datos ...

lunes, 19 de marzo de 2012

¿CÓMO IDENTIFICAR QUE NIÑO(A) ESTÁ SIENDO MALTRATADO?
“Las señales de un niño maltratado no solo se dan físicamente. A través de sus comportamientos, también es posible identificar el maltrato infantil”. Un niño que está siendo víctima de maltrato puede presentar las siguientes características: 1. Marcas en el cuerpo como hematomas, quemaduras, cortadas, heridas. 2. Múltiples lesiones en diferente estado de cicatrización. 3. Fracturas en brazos o piernas. 4. Dolores de cabeza frecuentes como producto de los golpes. 5. Higiene inadecuada. 6. Desnutrición. 7. Fatiga y cansancio. 8. Retraimiento social (se aísla, no comparte con otros niños). 9. Episodios frecuentes de llanto. 10. Irritabilidad. 11. Tristeza. 12. Comportamientos agresivos hacia otros niños. 13. Desobediencia. 14. Hiperactividad o por el contrario pasividad. 15. Miedo cuando un adulto alza el tono de voz. 16. miedo de llegar a la casa. 17. Pocos deseos de jugar. 18. Búsqueda constante de aprobación y aceptación. 19. Bajo rendimiento escolar. 20. Problemas para dormir. 21. No hable espontáneamente. 22. Se sienten culpables. 23. Expresan deseos de morir. 24. Los niños abusados sexualmente pueden presentar comportamientos sexualizados (tienen comportamientos sexuales en contextos y situaciones inapropiadas).

martes, 21 de febrero de 2012

Los niños cuentan

Dentro de los artículos que se presentaron en el "simposium de abuso sexual y maltrato infantil", que dictó la Ps. Marianela Soto, en la universidad Santo Tomas, a principios de octubre, rescatamos de la red este artículo llamado "Como los niños cuentan. El proceso de revelación en el abusos sexual infantil" escrito por Teena Sorensen y Barbara Snow.
COMO LOS NIÑOS CUENTAN: EL PROCESO DE REVELACIÓN EN EL ABUSO SEXUAL INFANTIL por Teena Sorensen y Barbara Snow En un análisis de la revelación por parte de un gran número de niños de entre 3 a 17 años de edad, que se sospechaba habían sido abusados sexualmente, la gran mayoría negó al principio el abuso. Sin embargo, eventualmente fueron confirmados como victimas creíbles. Las autoras describen la revelación como un proceso de fases con características definibles. La revelación raramente es la entidad única que las investigaciones típicamente consideran. Si se considera la revelación como un proceso, se establece el escenario para asegurar injusticias y daño para los niños. Los casos informados de abuso sexual infantil han alcanzado proporciones epidémicas con un aumento de 322% en toda la nación desde 1980 (Centro Nacional de abuso y negligencia infantil 1988). El aumento ha provocado tanto conciencia como controversia nacional. Un movimiento en contra ha cuestionado la credibilidad de estos informes, con quejas de falsas denuncias y lavado de cerebro (Crewdson 1988; Heehler 1988). Las agencias de protección infantil de toda la nación han intentado satisfacer las demandas de servicios para estos niños. Han desarrollado métodos y protocolos que adhieran a los rigores de los procesos legales de descubrimiento de la verdad. Una parte crítica del desarrollo de tales líneas de guía sería una comprensión de cómo y bajo qué circunstancias los niños revelan el abuso sexual. Los clínicos pioneros frecuentemente han afirmado que la comprensión del proceso de revelación es un elemento importante en la evaluación del problema (Dugan y MacFarlane 1988; Sgroi y col 1982; Summit 1983). Ciertas características han sido consideradas partes del fenómeno de revelación. La negación ha sido identificada como una respuesta frecuente cuando el niño está sintiéndose demasiado amenazado, atemorizado o inseguro para reconocer el abuso (Courtois 1988: Dziech y Schudson 1989; Lister 1982; MacFarlane y Krebs 1986). Al otro extremo, uno encuentra frecuentes referencias a la retractación que ocurre en niños que son presionados por la familia, por el ofensor o por los procedimientos de tribunales(Faller 1988; Lloyd 1982; Sahd 1980). Sin embargo, son escasos los hallazgos objetivos de investigación para confirmar estas observaciones clínicas. La literatura habla de dos tipos de revelación (Sgroi 1982): la Revelación Accidental, revelada casualmente más que como un esfuerzo deliberado por parte de la víctima; y la Revelación con Propósito, referida a cuando un niño conscientemente decide contarlo a una persona ajena. Sgroi ha sugerido que la revelación accidental comprende la mayoría de las revelaciones. Sin embargo, Sauzier (1989) en una muestra de l56 niños sexualmente abusados, encontró una mayoría (55%) en que los informes fueron con propósito. El quiebre de las barreras defensivas en el proceso de revelación ha sido descrito como el síndrome de “no - puede ser - a veces - sí” (MacFarlane y Krebs 1986). Sin embargo, Casi no hay datos en la literatura que confirmen este patrón de revelación o algún otro. Ya que la capacidad para desarrollar líneas guía y protocolos efectivos debe descansar en algún grado de comprensión de este fenómeno, es crítico que más datos descriptivos se hagan disponibles. Este estudio examina el proceso en una muestra de niños sexualmente abusados. Se hipotetizó que estos niños podrían exhibir una progresión de la revelación desde la negación, pasando por una etapa tentativa, hasta la revelación activa. También se hipotetizó que algunos de estos niños podrían retractarse, pero que la mayoría podría más tarde reafirmarlo. Las autoras estaban también interesadas en precisar el tipo de revelación, ya sea con propósito o accidental, y los factores motivacionales que instigan la revelación. METODOLOGÍA Procedimiento Seiscientos treinta casos de abuso sexual denunciados, en los cuales las autoras se habían involucrado como terapeutas y o evaluadoras a partir de l985 hasta la mitad de l988, fueron analizados retrospectivamente. Ochenta por ciento fueron vistos por un gran centro de tratamiento de abuso sexual no lucrativo, con la mayoría referido por la policía y los servicios de protección. Treinta por ciento fueron vistos subsiguientemente en la práctica privada de las autoras: esta población fue referida en forma privada. Los niños vivían en cuatro condados adyacentes en Utah central y del norte. Los análisis cualitativos de las notas clínicas, conversaciones, cintas de audio y de video, y los informes revelaron elementos comunes en las revelaciones de los 630 casos. De estos datos el proceso de revelación con propósito fue identificado y las variables analizadas retrospectivamente en un subconjunto de 116 casos confirmados de abuso sexual infantil. El proceso de revelación fue identificado como conteniendo cuatro variables progresivas. La negación fue definida como la declaración inicial de un niño ante una persona de que el o ella no ha sido sexualmente abusado. La revelación es identificada como comprendiendo dos fases, tentativa y activa; la revelación tentativa se refiere al reconocimiento parcial, vago o vacilante de actividad sexualmente abusiva; la revelación activa indica el reconocimiento personal del niño de haber experienciado una actividad específica sexualmente abusiva. La retractación se refiere a la negación de un niño de una alegación previa de abuso que fue formalmente hecha y mantenida a través de un período de tiempo. La reafirmación es definida como la reafirmación de un niño de la validez de una alegación previa de abuso sexual que ha sido retractada. Sujetos La mayoría do estos 116 niños fueron vistos por las autores en una gran clínica de tratamiento ambulatorio para abuso sexual; el resto fue visto en un ambiente de práctica privada. Ellos fueron referidos por los servicios de protección, los servicios de cumplimiento con la ley, otro personal y agencias en salud mental, y referimientos privados. Los 116 casos fueron confirmados en uno o más de los siguientes aspectos: 1. Una confesión legal en un tribunal criminal o juvenil por el ofensor (80% de los casos). 2. Una demostración de culpabilidad en la corte criminal para una o más de las ofensas denunciadas (14% de los casos). 3. Evidencia médica altamente consistente con abuso sexual (6% de los casos). De la muestra de 116 niños, un niño había sido abusado por dos ofensores diferentes en dos incidentes no relacionados, haciendo un número total de 117 revelaciones. Distribución de la muestra La figura 1 muestra a los sujetos ordenados en edad desde los 3 a 17 años. 20 % cayó en el rango de tres a cinco años; 40% en el de seis a nueve años; l3% en el rango de diez a 12 años, y 27% en el rango de los 13 a los 17 años. Sesenta y dos casos eran mujeres y 38% eran varones. Noventa y cinco por ciento eran caucasianos con 5% combinados de todas las minorías, lo cual refleja la población minoritaria del área geográfica. Siete por ciento provenía de un trasfondo socioeconómico superior o medio-superior, 73% del grupo medio y 20% del grupo socioeconómico inferior. Rango de Edad de las Víctimas La mayoría de los ofensores eran hombres (96%). La Figura 2 establece la edad y el sexo de los perpetradores; 29 niños fueron víctimas de adolescentes varones; cuatro eran víctimas de adolescente mujeres con un aparentemente alto funcionamiento quienes abusaron mientras eran cuidadoras de niños; 77 fueron víctimas de adultos hombres y uno fue abusado por una mujer adulta en acuerdo con su esposo. Cinco niños fueron molestados por hombres sobre los 60 años; ningún niño fue abusado por alguna mujer mayor. En cuanto a las relaciones de los ofensores con las víctimas, 58% de las víctimas fueron abusados por miembros de su familia inmediata. El porcentaje se elevó a 74% cuando fueron incluidos miembros de la familia extensa. Es significativo notar que 97% de la muestra fueron abusados por un miembro de la familia o persona en una posición de confianza y supervisión del niño. Ninguno de los niños fue abusado por extraños. Las actividades sexuales variaban desde formas de penetración y fellatio, a acariciamientos. Para 10% de los niños, la actividad fue una única ocurrencia, 88% fueron involucrados en múltiples incidentes que variaban desde varios meses a siete años; dos por ciento de las actividades eran desconocidas

lunes, 30 de enero de 2012

Abuso sexual infantil

¿La celeridad del proceso va en favor o en contra de los niños? Como dar una rápida respuesta ante las denuncias de abuso sexual a sido siempre una luz de alarma que se enciende entre los que tienen la responsabilidad de actuar en estos casos, pero la opinión de algunos expertos parecen determinar que no siempre rápido es sinónimo de acertado. Se plantea la posibilidad de que un plazo entre 24 y 72 horas seria lo adecuado pero no se cree que esto permita brindarle a un juez la información mas verídica y precisa que le permita adoptar medidas cautelares de protección y que la definición del proceso sea rápida. Los expertos indican que si existe una denuncia espontánea de un niño, "con palabras propias y de forma precisa" en el 95% de los casos se comprueba que la denuncia es real. Si la denuncia no es espontánea el procentaje baja a 60%. Pero advierten que no es lo mas común que el menor relate espontáneamente la agresión, salvo cuando el agresor es un desconocido. En los echos las cifras internacionales indican que solo el 60% de las denuncias de abuso se comprueban. Falsas denuncias Pueden ocurrir cuando: Hay interpretaciones erróneas de los familiares. Cuando el discurso del niño se ha "contaminado" del de sus cuidadores. Cuando ha sido intencionalmente manipulado o presionado. Y en esos casos si la sospecha se desestima ¿quien repara al progenitor?¿El progenitor que acuso falsamente al otro, debe seguir viviendo con el niño? ¿O ha cometido abuso emocional o negligencia? En altísimo porcentaje la investigación de las denuncias de abuso es muy compleja mas aun si no se cuenta con huellas físicas, debido especialmente a la privacidad del suceso. Es en este punto donde el discurso del menor se torna clave siempre y cuando las condiciones de la entrevista sean rigurosas. Los preescolares suelen revelar la situación en forma accidental o bajo la influencia de un "estimulo evocador". Los escolares y adolescentes en cambio lo dicen a una persona digna de su confianza. Cuando un niño realiza una denuncia de abuso, la primera posibilidad que debe ser considerada es que la denuncia es verdadera, sin embargo hay que tener en cuenta que de tres millones de denuncias de abuso y negligencia en Estados Unidos, solo la tercera parte, cerca de un millón se determino su veracidad.(un numero no menor de todas formas) Las niñas prevalecen en los casos de abuso Los estudios señalan que en los casos de abuso sexual a menores, hay una clara preponderancia de las niñas abusadas, que puede variar entre 5 a 1 y 2 a 1. En los casos de incesto, la preponderancia de las niñas es mas pronunciada: 8 y 9 a 1. El abuso sexual con penetración es mucho mas frecuente en la etapa pospuberal. Y los victimarios son casi siempre varones: algunos autores les adjudican el 93 % de los casos. La madre suele funcionar como un agresor pasivo, ya que en la mayoría de los casos de abuso incestuoso, de una u otra forma la madre tolera o favorece la situación. Es mas factible el abuso sexual si la madre hace abandono del hogar, hay ausencia por enfermedad, distanciamiento emocional y escasa afectividad. Hoy mas del 90% de los casos de abuso y maltrato responden al seno intrafamiliar. Los expertos entienden que es "casi imposible" que una madre no sepa del maltrato. Las estadísticas indican que quince niños de cada mil sufren algún tipo de maltrato. A nivel internacional, entre las situaciones de maltrato , se estima que cerca del 45% responden a casos de negligencia, 26% a casos de maltrato físico, 11% a abuso sexual, 3 % a abuso emocional y hay un 16 % de casos inespecíficos. Aunque la mayoría coincide en que es necesario mejorar el marco legal dotándolo de una mayor rapidez de resolución y efectividad no necesariamente hay consenso en resolver si o si los casos en forma breve. A diferencia del maltrato físico, el abuso sexual en niños en general no tiene lesiones físicas que lo evidencien, ni procesos infecciosos. La razón es que el abuso sexual infantil suele ser sin penetración, y lo mas común es encontrar consecuencias emocionales. Por eso depende de testimonios y diagnósticos. Para poder apoyar verdaderamente al niño el estudio debe ser científico. Hay casos en que el niño si sufrió un abuso y sin embargo es visto por el entrevistador sin calificación y esto lleva a que el niño no brinde toda la información veras y luego el juez se queda sin este elemento de prueba tan fundamental por estar contaminado por el evaluador adulto. Es fundamental hacer hincapié en la capacitación técnica de los peritos y entrevistadores. Los relatos surgidos de interrogatorios repetidos, plagados de preguntas inductorias, carecen de toda validez y pueden significar la perdida de un elemento probatorio por la impericia de quienes conducen la entrevista. La reiteración de interrogatorios es contraindicada in todos los casos y se recomienda una sola entrevista en lo posible con cámara de Gessel(sala con vidrio de visión unilateral) Los niños tienen hoy mucha información inadecuada para su edad: Pensemos en el baile del caño nos daremos cuenta de que cantidad de información deformada e inapropiada están recibiendo con el padre y la madre como espectadores. Como en la mayoría de los males que nos afectan como sociedad en este también la educación, la correcta información y la prevención resultan los mejores remedios. Comienza en casa.